Restos de un comechingón en Yucat (artículo histórico)

Hoy se cumplen 40 años de un hallazgo arqueológico
Restos  de un comechingón en Yucat
La historia narrada en un libro editado por la Universidad Nacional de Córdoba hizo que un grupo de jóvenes partiera desde esta ciudad. Era enero de 1965 y dos meses después los seis integrantes de la expedición  realizarían un hallazgo de suma importancia

Los restosde un indio comechingón hallados, que hoy se encuentran en el Museode Ciencias Naturales de La Plata (fotos de la época)

En enero de 1965 un grupo de jóvenes estudiantes, recientemente egresados del Instituto Secundario Bernardino Rivadavia, pasaba sus largas tardes de verano reunidos en el Bar Americano, frente al túnel.
Eran seis y alguien acercó a la mesa, una calurosa tarde de viernes, el libro“Arqueología de la Laguna Honda”, editado en 1946 por la Universidad Nacional de Córdoba.
Pasó a ser, desde entonces, la lectura del grupo, que inmediatamente comenzó a atraparlos, porque tenía un verdadero sabor a aventura.
La idea no demoró en llegar: José María Reale, Hugo Alberto Mallada, Luis Alberto González, Jorge Felipe, Enrique Grissoni y Enrique Ghezzi tuvieron todo el mes de febrero de aquel año imaginándose un viaje y una larga estadía en el lugar, la Laguna Honda, ubicada sobre la pedanía Yucat, a unos 15 kilómetros de Villa María.
La decisión al fin llegó y el grupo se entrevistó con el reverendo Rossi, entonces administrador de la Estancia Yucat, perteneciente a la Orden dela Merced.
Con el correspondiente permiso para acampar, los seis aventureros empezaron a programar algo que quizás nunca imaginaron. Se prepararon para ir justamente al lugar donde el libro señalaba el antiguo asentamiento de la tribu comechingones, que ocupaba los valles serranos desde Cruz del Eje a San Luis.
Los inquietos estudiantes, siempre guiados por el espíritu aventurero, plantaron su carpa y estuvieron 15 días haciendo excavaciones. El mes de marzo de 1965 ya llamaba al retorno a la ciudad, acaso sin plasmar algún hallazgo, tal como habían soñado leyendo y releyendo “Arqueologíade la Laguna Honda”.

La gran sorpresa

Pero un día, hace exactamente hoy 40 años, ocurrió lo que después sería el comentario de toda la ciudad, que llegó incluso a la primera plana del viejo diario “Los Principios” de Córdoba y a un espacio en el  diario porteño “La Nación”. El viejo Canal 2 de Villa María, cuyo edificio estaba ubicado al frente del entonces Cine Opera, proyectó posteriormente las imágenes del acontecimiento. El mismo Héctor Cavagliato viajó con su “camarita” al lugar del hecho para traerlo a la pantalla.
El grupo acompañado de Damita, la fiel perra seguidora día y noche, halló un esqueleto indígena, a dos metros de profundidad. Estaba rodeado por vasijas de barro, collares, hachas, boleadoras y puntas de flechas, materiales propios de la tribu comechingones.

A la izquierda,el recorte del diario La Nación. En la otra imagen, el artículo publicado en la tapa de Los Principios, por entonces decano en la prensa cordobesa

Atado con lianas

El esqueleto estaba atado con lianas y se desgranaba con el solo hecho de tocarlo. Con mucha paciencia, los jóvenes villamarienses retiraron con cuchillos la tierra adherida al mismo y pudieron sacarlo entero a la superficie.
Se encontraban los seis, tal vez sin pensarlo, sin imaginarlo, en un cementerio indígena. Las miradas eran silenciosas. Estaban frente a lo que casi no podían creer. El retorno al campamento se produjo con la misión cumplida y después, a la ciudad, con un verdadero éxito. Fue todo un suceso para esa época. 
El esqueleto y los demás elementos fueron donados por los expedicionarios villamariensesal Museo de Ciencias Naturales de la ciudad de La Plata, lugar donde aún se conservan cuando han pasado exactamente 40 años.
En ese museo, estudiantes universitarios de Arqueología determinaron por medio del sistema C14 (Carbono 14), que el esqueleto tenía una antigüedadde 360 años y efectivamente correspondía a la tribu comechingones.
 
Los caminos que se bifurcan

El destino, con el correr de los años, ha querido separar a los seis jóvenes, que tomaron caminos distintos. Algunos se quedaron trabajando en la ciudad y otros hicieron las valijas para ir a vivir a otras regiones del país y hasta el exterior.
Pero cada uno de ellos guarda en el baúl de los recuerdos el álbum de fotos de aquel inolvidable mes de marzo de 1965. El objetivo es, precisamente, volver a juntarse para recordarlo en una larga charla de café. O al menos revivirlo, con emoción y añoranza, en este artículoeditado hoy, 16 de marzo de 2005, en EL DIARIO del centro del país.  Justamente cuatro décadas después…

Dónde están hoy los protagonistas
► José María Reale: es ingeniero agrónomo y está radicado en Villa María.
► Luis Alberto González: agente de publicidad, domiciliado en Villa María.
► Jorge Felipe: ingeniero químico, afincado en Villa María.
► Hugo Alberto Mallada: abogado, radicado en San Francisco, Córdoba.
► Enrique Grissoni: médico, vive en Chicago, Estados Unidos.
► Enrique Ghezzi: propietario de una droguería, con domicilio en Córdoba capital.

Fuente : archivos del «eldiariocba.com.ar«