Yucat presentará su programa de economía social en La Rural 2017

La Estancia Yucat,  administrada por los padres Mercedarios, estará presente en la exposición rural con alternativas de economía social

El padre Carlos Diez y el presidente del Ateneo, Jonathan Peralta, en la rueda de prensa de ayer

Los organizadores de la muestra agropecuaria “La Rural 2017”, que se realizará desde el 15 al 18 de junio en Villa María, anunciaron a la Estancia Yucat como una de las atracciones principales que tendrá el predio.

Carlos Diez, sacerdote mercedario y administrador de la estancia, aseguró que pese a “trabajar con muy bajo perfil” entendieron que “era importante dar a conocer lo que se hace  y brindar apoyo a la nueva iniciativa”.

En la misma, línea señaló que uno de los motivos que lo impulsaron a participar en la expo fue “la activa participación de jóvenes” -Ateneo Sociedad Rural Villa María- en la organización de “La Rural 2017”.

Como adelanto de lo que se verá, el padre Diez dijo que se mostrará en la exposición el tambo caprino con 420 cabras, considerado el más grande de Córdoba y uno de los más importantes del país. Sobre el proyecto contó que se inició como una respuesta social para cubrir la necesidad alimenticia de los niños que no toleran el consumo de leche vacuna.

“Además, vamos a llevar los animales, especialmente los cabritos, que son muy pequeños y representan una atracción para los niños”, explicó el sacerdote. Asimismo, agregó que “se realizarán tareas de ordeñe y le agregarán todo lo que se hace en la estancia, como artesanías en alimentos, lanas y cueros”. Como parte de la propuesta de llevar “el campo a la ciudad”, que propone “La Rural 2017”, Yucat fabricará escabeches, panes, mermeladas y quesos saborizados de vaca, de cabra y de ovejas. “También vamos a trasladar algunas piezas del museo y de las dos capillas con que cuenta la estancia”, compartió el sacerdote en relación a su atractivo  aporte histórico.

 

Un lugar para vivir y trabajar

La Estancia Yucat está ubicada a 31 kilómetros de Villa María y a 13 kilómetros de Tío Pujio. Tiene una extensión superior a 20 mil hectáreas y pertenece a la Orden de la Merced. En este lugar viven 60 familias, algunas desde hace más de un siglo, lo que constituye la cuarta generación allí. Desde su inicio, la estancia defiende un modo de producción  diferente: “Queremos contar que aquí los inquilinos no son clientes”, dijo Diez, mientras detalló cómo alquilan sus parcelas: “Los alquileres no se perciben en moneda corriente, sino en producción, ya sea granos, leche, carne, porque para nosotros el inquilino no es un cliente, sino un productor al que queremos fuerte en lo humano y lo económico para que pueda continuar invirtiendo en el campo”, sintetizó.

 

La Rural avanza

En relación a los preparativos para la nueva exposición que lleva adelante la Sociedad Rural, Jonathan Peralta, presidente del Ateneo de la Sociedad Rural Villa María, explicó que “todo está en marcha” y destacó el interés creciente por la adquisición de los stands comerciales. En este sentido, Peralta aseguró estar palpando “la sensación que la región quiere una muestra que la haga sentir orgullosa ante la provincia y el país como un verdadero motor productivo”.

Yucat: “Vivir contentos” con otra forma de trabajar el campo

Yucat: “Vivir contentos” con otra forma de trabajar el campo

Entre el 15 y 18 de junio se desarrollará una exposición en la Rural en Villa María. Entre las actividades que habrá, emprendedores darán a conocer sus métodos de trabajos y productos elaborados.

Yucat estará presente mostrando su producción primaria diversificada en agricultura y ganadería. El padre Carlos Diez de la estancia, habló con los medios y dijo que el método que ellos utilizan es exitoso “porque la gente vive contenta”

Allí cuentan con producciones tradicionales y no tradicionales, como la crianza de cabritos para la producción de leche. También elaboran productos de todo tipo.

Contó que sus tambos no son de “alta tecnificación” y reconoce que “van algunas opciones atrás”.

Admite que cuentan con recursos humanos no profesionalizados y en ese marco “los errores son mayores”. Por consiguiente, los sueldos son proporcionales.

La estancia cuenta con 26.600 hectáreas de las cuales 5000 son de administración directa. El resto son alquiladas por 3 años principalmente a familias.

Muestra

De la muestra también participará Pueblo Mampa y habrá productores de “agroecología extensiva”.

“Le estamos poniendo mucha pila. Van a participar cerca de 40 personas de la estancia”, indicó.

La Rural 2017: Estancia Yucat exhibirá su tambo caprino de 450 ejemplares

24 Mayo 2017

La Rural 2017: Estancia Yucat exhibirá su tambo caprino de 450 ejemplares

Para Destacar

  • El sacerdote Carlos Diez valorizó que son unos 50 los productores que le alquilan tierras a Estancia Yucat. En algunos casos vienen de generación en generación. La más joven de los inquilinos tiene menos de 30 años y es una mujer.

La Estancia de Yucat presentará su tambo caprino en la edición de La Rural 2017.

La novedad la brindó su administrador, el sacerdote Carlos Diez, en el marco de una conferencia de prensa donde los organizadores de la muestra (Ateneo Joven de la Sociedad Rural) confirmaron que la exposición ya tiene un 40 por ciento de stands comercializados además de convocar a todos los estudiantes de tercer grado de la primaria y quinto de la secundaria a recorrerla entre el 13 al 17 de junio venidero.

Diez precisó que Estancia Yucat tendrá un stand donde se exhibirá toda la potencialidad del establecimiento de la orden de los Padres Mercedarios. Se mostrará el tambo caprino de más de 450 ejemplares (el más grande de Córdoba), fabricación de quesos hasta artesanías además del cuidado del medio ambiente en los montes con ejemplares autóctonos y ganado y la actividad turística en el casco histórico de este campo de 26 mil hectáreas.

El religioso, en declaraciones a Villa María Ya!, se mostró optimista en cuanto al éxito de La Rural 2017 ocasión en donde rescató que esta exposición posibilitará conocer más a la estancia.

Carlos Diez dedicó parte de su exposición al tambo caprino, de 450 ejemplares que origina un tambo con cada vez mayor producción de leche la que no sólo es utilizada por la industria de la alimentación, la elaboración de quesos sino, en la farmacéutica para generar el alimento a los bebés y niños que no pueden consumir leche de ganado vacuno.

Hidromiel, de la serie taquillera a la mesa

Eclipsada durante siglos por la cerveza y el vino, esta bebida vikinga creció un 42% sólo durante 2016

Nota de Rodolfo Reich PARA LA NACION – 2017
«Y yo juro que siempre tendrás un lugar junto a mi corazón, y carne e hidromiel en mi mesa; y que no requeriré de ti ningún acto que pueda causarte deshonor». Así acepta Sansa, hija de Eddard Stark, Señor de Invernalia, el ofrecimiento de lealtad que segundos antes le hiciera Briennede, la aguerrida luchadora, en la famosa serie Game of Thrones. Esta fórmula, tomada de los libros de Georges R.R. Martin, elige sus sustantivos a conciencia. El corazón representa el espíritu, los lazos irrompibles; la carne es el sustento de la vida. Y la hidromiel, símbolo de festejo, alegría y descanso.

Con más de 8000 años de historia, poderosa durante la Edad Media nórdica -con los vikingos como sus feroces embajadores-, eclipsada luego por la cerveza y el vino, hoy la hidromiel vuelve a ser foco de atención, elegida como tendencia en 2016 por la influyente The Drinks Business, y con un crecimiento de 42% en un sólo año, según datos de la American Mead Makers Association.

Además, cada día se dan a conocer nuevas hidromieles nacidas de productores artesanales en todo el planeta. La causa, coinciden muchos de sus elaboradores y críticos, es la revisión pop que se vive en el mundo actual sobre la historia y las estéticas medievales, fortalecidas gracias a la mencionada serie Games of Thrones, pero también por Vikings, Robin Hood (en la versión dirigida por Ridley Scott, el fraile Tuck preparaba su propia hidromiel), El Señor de los Anillos, Beowulf y la saga de Harry Potter. «Nosotros arrancamos hace cinco años, motivados por estudios de historia y por afinidad personal con lo que es la cultura del medioevo», cuenta Julio Tripel, creador de la marca Trippelheim, muy pedida en Burgo del Sur, el enorme festival recreacionista que se realiza dos veces al año en Barracas, donde se festeja la cultura medieval a través de la esgrima, arquería, música, vestimenta, mercado de productos y gastronomía al tono. «Empecé leyendo en Internet, pero la verdad es que mucho de lo que se ve, no sirve para nada. Fue un proceso de prueba y error. Hoy, con miel proveniente de Mendoza, elaboramos distintos tipos de hidromiel, desde la clásica a la melomel (con agregado de frutas) o la metheglin, categoría de hidromieles especiadas. Y la que más vendo es la que suma manzana», cuenta este pequeño pero reconocido elaborador que produce unos 800 litros anuales.

País de miel

La Argentina es uno de los principales productores de miel a nivel mundial, de la que exporta un 95 por ciento, por lo que no extraña que organismos del gobierno y académicos vean la hidromiel como una posibilidad cierta de sumarle valor agregado a una producción primaria.

Por ejemplo, el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), que con Olga Apablaza (analista técnico del organismo en Neuquén) a la cabeza, trabaja desde hace años en fortalecer el sector con catas comparadas, difusión en ferias, capacitaciones técnicas y estudios estadísticos. «Es una producción muy incipiente, pero en crecimiento», asegura Diego Ugalde, responsable del Programa ApiTEC del INTI. «Desde el Instituto identificamos el proceso de elaboración y los baches de insumos y equipamientos, contactamos a los elaboradores y difundimos la bebida en escenarios particulares, usualmente donde se degusta cervezas y vinos. Buscamos que mejore a la par de su difusión y consumo. No tendría sentido generar más productores, sino hay quién la beba. Es un plan que demandará tiempo, pero que está en marcha».

Mediante la página de Facebook Hidromieles Argentinas, creada por Olga junto a Diego Calderón (del Ministerio de Agroindustria), se realizó un mapeo de las hidromieles, contabilizando más de 35 elaboradores en todo el país, con producciones que van de los cientos de litros a más de 10.000 litros al año. Según explica Calderón, «las hidromieles en Argentina se elaboran hace muchos años, en muchos casos, promovido por los propios apicultores cuando caía el precio de la miel en el nivel mundial, y dejaban de hacerlo cuando el valor se recuperaba. Nosotros estamos trabajando, junto al INTI y otras instituciones, como la UBA y técnicos privados, para fortalecer y ayudar a los productores en mejorar la calidad. Es importante trabajar con gente que sepa del tema, con enólogos, con sommeliers. Hay una sommelier argentina especializada en hidromieles, Celina Pennisi, una precursora que es una referencia en el mundo y que participó de algunas catas. Cuando hablás de bebidas tradicionales como esta, muchos productores mantienen recetas heredadas de sus abuelos o familiares, que les gustan a ellos, pero que en realidad no son buenos productos. Pero con las catas, con lo que hace el INTI e incluso con lograr que se conozcan los productores entre sí y prueben entre ellos lo que hacen, la calidad mejora. Hoy ya se pueden encontrar algunas hidromieles realmente excelentes.»

La aparente simpleza de la fórmula de la hidromiel, implícita en su nombre (agua, miel, levaduras seleccionadas), esconde detrás una gran complejidad y diversidad. Por un lado, así como existen los varietales y los terruños en el vino, en este caso está la flora de cada región, que incorporará sabores, aromas y colores distintos. Por el otro, la relación de cantidad entre miel y agua utilizadas puede generar desde hidromieles ligeras como una cerveza a otras con el volumen y alcohol de un vino. Además, es posible saborizarlas, con hierbas, fermentarlas con frutas (por ejemplo, si es con manzana, suele llamarse Cyser; si es con uvas, Pyment). Se elaboran a veces al estilo de un espumante, en otras se gasifican de manera artificial y la mayoría se deja como vino tranquilo. Pueden también ser desde dulces y empalagosas, ideales para acompañar un postre, hasta secas y refrescantes, para un aperitivo.

«Empecé hace más de 15 años, con una damajuana en mi casa. Era plena crisis de la Argentina, me había quedado sin trabajo, y mi cuñado, químico de profesión y de alma, sabía hacer hidromiel, ya que sus abuelos la elaboraban en Polonia. Así que le pedí ayuda y comencé a producirla. Hoy elaboramos 10.000 litros por año, divididos en cinco estilos: seca, dulce, especiada, demisec y una a la que le sumamos grapa», enumera Sylvia Cohan, fundadora de Del Viejo San Marcos. «Lo hacemos en San Marcos Sierra, capital provincial de la miel. En mi caso intento usar mieles oscuras y rojizas, de mistol, a veces de algarrobo, y usualmente alcanzamos los 14° de alcohol, aunque hemos llegado a tener ediciones de 16° y 17°. A la hora de comparar, diría que la versión seca es como un buen jerez y la dulce como un oporto», dice.

Las distintas posibilidades que ofrece su producción hace que cada elaborador tenga miradas diversas sobre el futuro de esta bebida y del lugar que debería ocupar en mercado local. Para algunos, es para beber cada tanto, como un capricho, o en exclusiva, como parte del recreacionismo histórico medieval. En cambio, están los que aseguran que tiene las mismas posibilidades que un buen vino o una sidra. Un buen ejemplo es Gabriel Vivanco, ingeniero agrónomo mendocino con amplia experiencia en bodegas que este mes está lanzando al mercado su marca Blumbeÿ. «No me gusta la palabra hidromiel para identificar el producto, es como decir jugo de manzana a la sidra. Cuando mencionás la palabra miel, muchos consumidores ya imaginan algo dulce, denso, un postre. Por eso, en mi caso, prefiero hablar del néctar como materia prima, que a fin de cuentas es la base que usan las abejas para producir la miel. Blumbeÿ es muy fresco, fácil de beber, más relacionado a un sauvignon blanc o un chenin que con la idea general que muchos tienen de la hidromiel». Por caso, el reconocido chef Gonzalo Aramburu eligió botellas de Blumbeÿ para maridar algunos de los pasos de su menú. Hoy, además, está desarrollando líneas pensadas específicamente para coctelería, con levaduras que logran más intensidad y alcohol. «Es interesante, porque para elaborar cualquier bebida, tenés que modificar el ambiente, plantando vides, cereales, o papas para un vodka. Acá, en cambio, dejás el paisaje tal como es. No se trata de generar, como suele decirse, el menor impacto negativo, sino incluso de hacer un impacto positivo en el paisaje», observa.

Otro emprendimiento que sobresale por su originalidad y profesionalidad es el que dirige Juan Pablo Bertello, en Villa María, Córdoba, con su fábrica El Vergel, donde elabora deliciosas hidromieles espumantes a pedido de terceros (una de las marcas es Colmenares, de Estancia Yucat). «Uso el método champenoise, de segunda fermentación en botella, el mismo que utilizan los mejores espumantes», explica este ingeniero químico y enólogo que además elabora una cerveza artesanal. «La hidromiel es un producto muy noble, que todavía tiene mucho camino para crecer. A mí me gusta trabajar con mieles de pradera, que son claras y que logran hidromieles suaves y sutiles, que compararía con un riesling. No tengo duda de que con una buena hidromiel seca se puede acompañar perfectamente una comida. Y le tengo fe a que crezca, puede competir en el mismo tablero que un vino o una sidra».

¡Skål!, brindaban con hidromiel los vikingos, levantando los cuernos que oficiaban de vasos (dicen que, a veces, estos cuernos eran suplantados por los cráneos de sus enemigos). Los tiempos, por suerte, cambian, pero la hidromiel sigue entre nosotros.

En la estancia Yucat, el modelo de producción se basa en el Evangelio

La Orden de la Merced gestiona 20.600 hectáreas.

El régimen de tenencia de la tierra, entre los diferenciales.

 

Pueblo Mampa, opción de alimentación sana

El lote que cultivan en Villa Fiusa no oculta malezas, yuyos, flores e insectos. Pero exhibe equilibrio. No hay plagas. El sistema está vivo y la tierra es muy rica en nutrientes. “El cultivo, este año, será maravilloso por el clima que nos acompañó. Esta vez produciremos tres veces más”, se entusiasman. Con los productos de la tierra elaborarán cientos de  bolsones. ¿Para quiénes? Para sus clientes: “Aquellos que siempre comieron el tomate blanco duro, blanco, acartonado y ahora prefieren el tomate de verdad”

A orillas del consumismo que parece correr sin escollos, con el pregón de la soberanía alimenticia y la nutrición sana, un grupo de unos 80 adultos -​jóvenes y ​villamarienses muchos de ellos- se moviliza visiblemente entusiasmado con la producción orgánica en Yucat y con huertas familiares que crecen en pequeñas porciones propias de tierra, en las dos villas.
Se localizan, por ahora, en una vivienda instalada en un lote sembrado con frutos y hierbas, que penetra varios metros en la manzana, en Córdoba 662, en la vecina Villa Nueva. Una improvisada sede de un movimiento que se inspira en la permacultura, también  cultura en permanencia, corriente que surgió en Australia en 1970 y que alerta sobre el agotamiento de los ecosistemas humanos y propicia compartir los recursos con equidad. Allí, en los últimos ocho meses, se concentró la elaboración de un millar de bolsones de productos orgánicos que, por 60 pesos cada uno, llegó a hogares afines y a todos los interesados, por intermedio de Facebook​ (https://www.facebook.com/pueblo.mampa?fref=ts​) y el ​boca a boca.​
Y siguen con expectativas, como se señalaba en el​ encabezado, en el resultado del cultivo de las ​siete hectáreas, pertenecientes a la Estancia de la Orden de la Merced, en Villa Fiusa, que sembraron con trigo orgánico.
Pueblo Mampa identifica a este grupo. Significa “a orillas del río que corre”, según un dialecto de los aborígenes comechingones.
En diciembre cumple su primer año de vida y lo celebrará el sábado 13 de ese mes con una jornada sobre Iniciativas de Transición, que se cumplirá en el Centro Comunitario Leonardo Favio.
En la oportunidad, se amplificarán las formulaciones y hábitos crecientes que se observan en distintos lugares del país, en torno a las nuevas corrientes que buscan visibilidad en la formación educativa, la producción orgánica, las construcciones alternativas y sustentables en viviendas y las energías renovables. Asimismo, se visitará el predio en Villa Fiusa donde crecen siete hectáreas de trigo y se reunirán en un fogón final, con la música como protagonista central.
Las siete hectáreas de trigo orgánico en Villa Fiusa
Germán Gabriel Cravero, 37 años, técnico agrónomo, coordina Pueblo Mampa. Quienes lo conocen, lo califican como uno de los profesionales más serios en producción orgánica en el país.
Su vínculo con la Orden de la Merced, en Yucat, le permitió recibir y, compartir con el grupo, un lote de montes, entre chañares y algarrobos, sin la tierra trabajada, que le ofrecieron en alquiler para experimentar esa idea no convencional. En él, por intermedio de un convenio de partes que destaca la dimensión social del proyecto, y tras un prolongado análisis técnico, se sembró trigo orgánico. En dos oportunidades: la primera, que debió soportar una intensa sequía;  y la segunda, la actual, que está creciendo óptimamente. El lote laborado no oculta malezas, yuyos, flores e insectos. Pero exhibe equilibrio. No hay plagas. El sistema está vivo y la tierra es muy rica en nutrientes, según describen quienes acompañan a Cravero, con sus conocimientos limitados, pero impulsos macizos, apalancados en la idea central que la tierra abundante y natural ofrece el alimento imperecedero.
El grano de trigo a cultivar, “rinde apenas menos que el que con las aplicaciones de agroquímicos, pero tiene muchos más nutrientes, más energía vital”, comenta Leandro Minaldi, recordando que “hace mucho que no se cultivaba nada en esa tierra. Venía de un alfalfar. Con un colchón orgánico importante. El cultivo, este año, será maravilloso por el clima que nos acompañó. Esta vez produciremos tres veces más. Y nos haremos de la harina integral en un pequeño y amigo molino de Morrison, donde nos procesarán el trigo integralmente, con todos sus nutrientes. Así le agregamos valor a la materia prima. Tanto que el grano solo puede valer 3 pesos, mientras que la harina integral seis veces más”.
Ellos y los bolsones de alimentos
Mientras convidan al periodista con mate, a base de yerba orgánica sacada a la leña y hierbas medicinales, en la casa de su familia, en Villa Nueva, Leandro Minaldi, 31 años, realizador audiovisual, artesano,  geómetra, terapeuta, horticultor; su compañera,  Marianela Borsero, 27 años, chef, peluquera, artesana, horticultora, madre de dos niños, y Virginia Bagues, 28 años, vecina, estudiante de Bellas Artes, enmarcadora de cuadros y también miembro del grupo Pueblo Mampa, con un bebé de 20 días, responden convencidos que los une la necesidad de ser autosuficientes en la alimentación. Dejar de ser vulnerables. Meros poseedores de dineros para tercerizar la salud, la educación, las instancias básicas de nuestra vida. “Voy al súper y compro la comida hecha. Sólo debo ocuparme de conseguir el dinero para sostener ese sistema”, enjuicia Leandro, para proponer como alternativa una cultura sustentable, que nos permita ordenar y diseñar nuestras vidas, de manera que podamos autosostenernos y no tercericemos”.
En ese marco, informan, “estamos haciendo experiencias en cultivos orgánicos. La producción de alimentos debe transformarse. Nuestro sistema agrario está  colapsado. Lo ha logrado el monocultivo en los últimos 25 años y el uso de agrotóxicos, agroquímicos, fertilizantes sintéticos, pesticidas y herbicidas. La Argentina produce para 80 millones de habitantes y muchos compatriotas sufren hambre”.
A diferencia de las quintas, muchas de ellas asentadas en Villa Nueva,  que contribuyen a “la conformación de los necesarios cordones biológicos”, las “familias huerteras no usamos agroinsumos. Fomentamos la huerta familiar sin aplicaciones, como fundamento esencial de la soberanía alimenticia, del consumo consciente y local. Con frutos y verduras que vengan mejor aquí, para abastecer al grupo y reducir el costo energético”.
No sólo ellos. También citan como integrantes del grupo a Sonia Grosso, Paola Rocha, Sergio Dondero, Mabel Carreras, Florencia Pons, Valeria Gili, Gastón Bagues, Conrado Vassia, Eugenio Sosa, Pablo Somale, Victoria Ranco y Stefanía Parsi. Varios de ellos conocieron experiencias similares cerca o por el mundo. “Siempre nos encontrábamos de vuelta aquí y con el mismo interés. Íbamos al río, a sembrar en las islas. A hacer bombas de semillas. Y conocimos a Germán…”, memoraron.
Casi todos se involucran en la actividad, registrados como monotributistas, procurando fundamentalmente autofinanciar sus propias familias. “Lo conseguimos, pero a veces debemos hacer otras changas”, admiten.
Cada 15 días reparten bolsones. Con panes, dulces, frutos, acelga, puerro, repollo, ancos y calabazas, ​conservados en escabeche, yuyos medicinales como llantén y cedrón. Trigo en granos. Acompañados con instructivos que ayuden a aquellos no acostumbrados a su consumo.
¿Quiénes piden los bolsones?
“Hay de todo un poco. Aquellos que tienen alguna enfermedad. Porque se los recomendaron. Clientes fijos, que esperan el bolso en su domicilio. Los que se acercan. Aquellos que siempre comieron el tomate blanco duro, blanco, acartonado y ahora prefieren el tomate de verdad”.
“El trabajo te hace valorar el alimento. Nuestros productos se ofrecen mucho más baratos que los que se venden en el circuito comercial. El proyecto nació con esa impronta y nos gusta así. Promovemos el comercio justo. Que el productor esté directamente vinculado con el consumidor. Que este sepa dónde y cómo se produce. Que se realice el intercambio justo”.
Piden por muchas manos más para trabajar la tierra
No damos abasto con la demanda. Pedimos manos para que colaboren. Nuestro proyecto es abierto. Necesitamos manos para agarrar la pala y trabajar la tierra. La tierra es la que sobra. Nos han ofrecido aquí y en muchos lugares más. Adonde podemos llegar sin dificultades, con las rutas y nuevas comunicaciones con las que contamos.
El llamado lo hace Marianela, quien no oculta que quieren dar el ejemplo, aspiran a diseñar un modelo a seguir, que todavía no se definió por una figura jurídica que los abrace, aunque se los identifique como una cooperativa en formación.
Revelan que desde la Municipalidad de Villa María los alentaron a abrir ferias francas, como las ferias agroecológicas que funcionan los sábados por medio, en la Ciudad Universitaria de Córdoba.
Mantienen estrecha vinculación con el INTA, cuyos agentes asesoran y certifican sus labores y les encargan la distribución de plantines y semillas entre aquellos que quieran iniciar la experiencia.
Sus anhelos también están en conocimiento de las áreas respectivas de la Universidad Nacional de Villa María.
Los objetivos generales que persiguen, entre otros, son:
·Establecer vínculos armoniosos con la naturaleza a través de la práctica de la permacultura.
·Revalorizar el monte nativo.
·Sostener acciones conservacionistas sobre la flora y la fauna del lugar.
·Fortalecer la conciencia ecológica de los amigos, colaboradores y visitantes de Pueblo Mampa. Formar un núcleo modelo de trabajo rural que se pueda replicar en la comunidad regional.
·Lograr un sistema autosustentable, que asegure vida digna a los asociados y progreso a la cooperativa, por medio del manejo agroecológico del establecimiento.
·Compartir el conocimiento.
·Construir las instalaciones necesarias para el desarrollo del proyecto (baños, cocina, quinchos, albergues, etcétera) y viviendas ecológicas para los socios de la cooperativa, valiéndonos de los recursos propios del lugar y del uso de técnicas de construcción no convencionales.
Héctor Oscar Bernaus

Las fotografías

1) Son decenas de personas que sostienen una economía que reposa sobre las márgenes del consumismo. Cultivan siete hectáreas en Villa Fiusa sin usar un solo producto químico. Se nutren de la tierra sana y comercializan los excedentes. Sus bolsones son esperados por cientos de clientes

2) Virginia, Marianela y Leandro, con sus hijos, debajo de un árbol de pomelo, en Villa Nueva

3) En un lote de tierra sin trabajar crecen siete hectáreas de trigo orgánico en Villa Fiusa

4) Marianela y su beba junto a herbáceas y yuyos medicinales

5) Leandro junto a un muestrario de componentes alimenticios del bolsón que se distribuye cada 15 días

 

Nota de EL Diario del Centro del País

Trabajo conjunto con E.S.I.L. y nuestra leche de cabra y bovina.

Planta piloto

Escuela de lechería.

De enero a diciembre del año pasado, la Planta Piloto de lácteos procesó 1.420.000 litros de leche derivados a diferentes productos que son destinados a la venta en el Centro Lácteo o bien a distribuidores de distintos puntos del país

glacier

De enero a diciembre del año pasado, la Planta Piloto de lácteos procesó 1.420.000 litros de leche derivados a diferentes productos que son destinados a la venta en el Centro Lácteo o bien a distribuidores de distintos puntos del país.

La procedencia de la leche ha sido de: Tambo “Don Guillermo”, Campo Yucat
perteneciente a la Orden de la Merced y de la Litiniense. Con dicha materia prima se elaboraron principalmente los siguientes productos: Queso: 116.023 kg., 80% del cual corresponde a la variedad Tybo Leche en sachet entera y descremada, 88.000 lts

Esta producción supera en un 40% a la del 2011. Además se realizaron, en una menor proporción, yogures, helados y dulce de leche.

Leche de cabra

También durante el 2012 se trabajaron en la Planta Piloto de la escuela 50.419 litros de leche de cabra destinados fundamentalmente a la elaboración de queso tipo Chevrottin.

Cabe recordar que en el año 2006 se firma un acuerdo entre la Funesil y la Orden de la Merced mediante el cual, la leche de cabra que se obtiene del tambo que posee la entidad religiosa es procesada en la planta Piloto de la escuela para la elaboración de quesos y dulce de leche de cabra.

Fue el inicio de un trabajo conjunto en el que se plantea a futuro, poner en marcha propuestas de inclusión social, generando alternativas laborales, la promoción de microemprendimientos, la producción de alimentos especiales a bajo costo, el desarrollo tecnológico, la educación y el destino solidario de las utilidades.

Un queso con sabor a solidaridad

El queso de cabra de la Escuela Superior Integral de Lechería que obtuvo la medalla de Plata en la Mercoláctea,  es fruto de un proyecto integral con la Orden de la Merced.

Gracias a un trabajo conjunto entre el Leer más

Puesto de productos artesanales.

En el «Puesto de Productos Artesanales», están a la venta escabeches de cabra y conejo, quesos de cabras realizados con Leer más