QUITO, Ecuador.- Es una controversia que no se agota. El uso de agroquímicos sigue en el centro de la escena. Sus fabricantes lo defienden, justifican y sostienen su uso para obtener la mayor productividad de alimentos que el mundo requiere, y rechazan los efectos nocivos que provocan, según afirman los grupos ambientalistas, aunque reconocen que todavía hay mucho camino por recorrer en materia de buenas prácticas agrícolas para evitar los problemas que ocasionan su mala aplicación.
Por ese motivo, asociaciones y cámaras de esta industria instan cada vez más a profundizar campañas de información y capacitación en productores y aplicadores. Fue lo que expresaron en el último foro internacional de CropLife Latin America, realizado recientemente en Quito y al que asistieron 270 personas.
Croplife es una organización gremial internacional, sin fines de lucro, integrada por nueve compañías y una red de 23 asociaciones en 18 países de América latina.
Aunque el encuentro estuvo enfocado al potencial de la pequeña y mediana agricultura en América latina (como se informa por separado) la atención se centró en la necesidad de cumplir con las buenas prácticas agrícolas.
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